martes, 1 de marzo de 2011

Creación


Porque el sonido engendra, o más bien congrega los elementos…
está dentro de la esfera de la Alquimia .
H.P. Blavatsky
En el principio era el sonido,
que llamamos Verbo:
germen de la luz,
la vida y el misterio.

En el principio,
ante las tinieblas,
bastó la vibración de un eco
para dar forma a la luminiscencia.

Fue mundo el mundo,
en el principio,
por las causas mismas de la palabra
y humanidad nosotros
porque nos cobijaba un verso.

Dijo ese Verbo
(logos inmenso),
se pronunció a sí mismo
y en él estaba ya contenida toda la existencia.

En el principio era el sonido,
fábrica vibratoria,  usina inmensa
de intermitencias silenciosas,
amparo de nuestro ser que se hizo carne.

En el principio
y aún hoy,
somos ese nombre que resuena en las sílabas
de quien nos llama.

Ayer, hoy y siempre
verbo-sonido-palabra;
poder que cura y que engendra,
llave del rito y de la magia.

Hoy, en los ecos de esas cuerdas,
como en el principio,
está ese Nombre,
multiverso resonante.


Publicado en Revista Selección Teosófica, Bogotá, jun-sept. 2010

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