lunes, 28 de febrero de 2011

Pétalo y roca

   Soazinha vermelha Carolina Bejarano

                                   A Javier González in memoriam

Suave la roca que se deja estar…
No busca llegar más allá del camino por la fuerza.

Fuerte el pétalo de la flor que recorre con el viento
las inmediaciones de su esencia.
Transita el camino,
ligero
y constante.

Ambas, la piedra y la flor,
comparten las miradas del bambú.

No hay apuro para el apego en el devenir.

Mi ciudad

  
                                                               Céu aberto Rosita Catalina Isaza 
                                                        
                                               La ciudad nunca se aleja.
                                                Porque la ciudad es una isla que viaja en la carne.
                                                                                                                                                                      Freddy López

Sin saber cuál es mi ciudad me pierdo en tu mundo
para  interrogar tus calles y tus noches:
busco encontrarme en ellas.

Recorro palmo a palmo tus andenes,
tus  músicas,
tus llantos de klaxones inclementes.

¿Qué nos es propio?

¿Qué me une realmente a tu silueta rodeada de montañas?

Fueron los primeros pasos
—que desembocan en los que hoy te recorren—
aquellos que me dieron el aliento
para continuar la búsqueda.

…Y me doy cuenta…

Llevo la ciudad a cuestas,
caracol mundo, ciudad caracola
que albergo y me alberga.

Llevo la ciudad tatuada
nos contenemos plenas…
Es en el alma que se vislumbra tu tinta.
… Ya comprendo…

Nunca te he sentido extraña y,
más que eso,
descubro que mi ciudad es el universo grande al que pertenezco.
Soy ciudadana  más del cosmos
que de cualquier particular conglomerado
de piedra,
asfalto
o mundo. 


Publicado en Revista Gavia Nº 6, Bogotá, febrero de 2010

Fuente

                                                                          Foto: Carolina Bejarano

La fuente es el ser,
mina inagotable .
¿Es acaso la fuente un sitio fijo?
La fuente es inasible y brota,
Oscila sin descanso,
pero  con algún tipo de rumbo
entre nuestra nostalgia
y la pasión que nos habita;
vida en nuestras entrañas.
La fuente brota y forja su paso.
El transcurrir se instala y nos construye,
nos sumergimos en el compás
de su arrullo.
La fuente calla entre gota y gota
y sólo allí la percibimos.

Sin letras




Se me acabaron las letras para nombrarte
Voy a intentar con el silencio

Guardaré mesuradamente la voz que de mí creaste
Y el alfabeto quedará en el olvido
Hasta que seamos el sonido que andamos buscando

Voy a entregar tu suerte al aire
Y al viento mismo exponer  nuevamente las alas de mi cansancio
Abiertas, dispuestas…

Al amparo de una serenidad austera habré de ofrecer los dones
De aquellos nuestros encuentros posibles

Enviudaré de voz hasta que consiga la armonía perfecta
De las cuerdas que nos tejen
Y partiré con tu silencio hacia la tierra en que olvidaron los hombres su tristeza,
La tierra baldía, tierra en que tu sonrisa de rey Midas
Toca mi llanto y nos transforma gracias a la alquimia que redime
De la espera y la distancia

Transmutaré las vibraciones traviesas de esta voz cautiva en compases de misterio
Blancos compases que recorran tus ausencias
Y den rumbo al ser en que me pierdo diariamente

Y estarán formados de un nuevo material  tu nombre, la espera y la distancia
Serán de nuevas gemas las cuerdas de mi lira
Y como gema misma surgirá de las cenizas
El fénix del nombre que me diste
Pronunciado por la lengua renovada

Mi don será recorrerte sin ser notada
Hasta que milimétricamente descubras las huellas
Del silencio que te exhorta
Y aprendas a sentir nuestros nombres posibles en el centro de tu celda…

Ya no hay más letras en mi ser para pronunciar tu nombre
Será el silencio, entonces, mi paso
La huella y mi camino.

viernes, 11 de febrero de 2011

Dar una forma

                                                  Abaporu  Tarsila do Amaral

Dar  una forma a la ausencia
y a la forma del tiempo
darle también la forma de la espera

Dar una forma a la vida
y al cuerpo darle forma
para que sane el vacío

Prefigurar la risa y proyectarla
y al mundo darle forma
pronunciando los compases del misterio

A la luz darle una forma
Al  santuario del cosmos
protegerlo con la sombra de su figura plena

Condensar la energía misma:
dar forma al poder inmenso
en el santuario material del límite

Dar una forma al olvido
y al silencio regalarlo
con un trozo de sí mismo

Dar forma a la forma misma
para descifrar nuestros confines interiores…
Cubrir la paradoja con su ropaje austero