Porque el sonido engendra, o más bien congrega los elementos…
está dentro de la esfera de la Alquimia .
H.P. Blavatsky
En el principio era el sonido,
que llamamos Verbo:
germen de la luz,
la vida y el misterio.
En el principio,
ante las tinieblas,
bastó la vibración de un eco
para dar forma a la luminiscencia.
Fue mundo el mundo,
en el principio,
por las causas mismas de la palabra
y humanidad nosotros
porque nos cobijaba un verso.
Dijo ese Verbo
(logos inmenso),
se pronunció a sí mismo
y en él estaba ya contenida toda la existencia.
En el principio era el sonido,
fábrica vibratoria, usina inmensa
de intermitencias silenciosas,
amparo de nuestro ser que se hizo carne.
En el principio
y aún hoy,
somos ese nombre que resuena en las sílabas
de quien nos llama.
Ayer, hoy y siempre
verbo-sonido-palabra;
poder que cura y que engendra,
llave del rito y de la magia.
Hoy, en los ecos de esas cuerdas,
como en el principio,
está ese Nombre,
multiverso resonante.
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