domingo, 3 de julio de 2011

Bolas de heno que pasan por la ausencia



Acaricio tu rostro en este espacio
y sin sonrisas cubres mis quejas
con tu mirada viva

Sólo tu mano y la mía más allá de la danza
y sin palabras llevas mi cuerpo
por los parajes sin fondo de la voz que suena
en algún micrófono suelto

Te leo en la pantalla
y me lees
con tu percepción de espía cautivo

¿Será cierto que ya hemos cambiado?

Te transformas y me transformo
por  la incertidumbre que somos para el otro
y no hay vuelo
pero tampoco hay certeza de perdernos

Vamos dando pasos en la cuerda floja
que  se extiende entre nosotros:
tú te acercas, yo me alejo
y te aferro en mi deseo
me sueltas en el vacío
te aprisiono tímidamente
recoges mis despojos…
uno tus puntos dispersos
y creamos nuestro propio lenguaje en ocho tiempos

¿Acaso no encuentras valor para desvelar mi misterio?

Miras mi sombra
y trato de conservar la vista blanca
entre mi ausencia

Temes
porque nos compete juntos la tarea
de recorrer este deseo que nos habita:
mirar de frente la cara oculta de la luna

Hemos atravesado los años
has mirado mis cielos de niña
y ahora una mujer se abre paso por entre las comisuras

¿No será el miedo un espejo que nos refleja mutuamente?

Callamos  mientras dudamos
y así  como reímos pensamos en unir las manos
Es tu reflejo el que me mantiene cautiva
mi reflejo el que te exhorta
sólo eso…

¿Acaso vamos camino a convertirnos en bolas de heno que pasan por la ausencia?

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